

Las protestas contra las redadas migratorias en Estados Unidos se han intensificado y expandido a múltiples ciudades del país. Lo que comenzó en Los Ángeles (California) con movilizaciones masivas y disturbios, ahora también sacude a Nueva York, Chicago, Denver, Las Vegas, Atlanta, Filadelfia, Boston y Washington.
En respuesta, el gobernador de Texas, Greg Abbott, desplegó a la Guardia Nacional en varias ciudades del estado, advirtiendo que “quien dañe personas o propiedades será arrestado”. Se convierte así en el segundo estado en militarizar su territorio, luego de California.
Los Ángeles vivió su primer toque de queda desde el inicio de las manifestaciones, mientras la Casa Blanca aseguró que las protestas “no tendrán éxito”. La portavoz presidencial Karoline Leavitt defendió el operativo de redadas masivas del ICE, y dijo que el presidente Donald Trump “cumplirá su promesa de deportar a millones”.
Los disturbios se concentraron en las cercanías de la sede del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Nueva York, donde se produjeron enfrentamientos con la policía. También se reportaron actos de violencia en otros puntos, y el uso de gases lacrimógenos y balas de goma por parte de fuerzas federales en California.
Para este sábado 14 de junio, activistas han convocado un “Día sin Reyes”, en referencia al cumpleaños número 79 de Trump, que celebrará con un desfile militar en Washington. Se esperan marchas masivas en Houston, Dallas, Austin y San Antonio, epicentros de la comunidad latina en Texas.
En San Antonio, la Policía ya anunció operativos especiales, y se teme una escalada de tensión similar a la vivida en Los Ángeles, donde miles de marines federales fueron desplegados por orden directa de Trump, generando un fuerte choque con el gobernador demócrata Gavin Newsom.
Durante las manifestaciones, la bandera de México se ha convertido en un símbolo de identidad y resistencia. Sin embargo, desde la Casa Blanca fue calificada como “un símbolo de invasión”, lo que desató un cruce diplomático con el país vecino.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, acusó a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, de “alentar” las protestas tras condenar la violencia. Sheinbaum respondió asegurando que “jamás promovió movilizaciones violentas” y denunció una manipulación de sus palabras.