Canadá enfrenta una nueva emergencia ambiental. Las autoridades han advertido que el país se encamina a vivir la segunda peor temporada de incendios forestales de su historia, solo superada por la devastadora ola de fuegos de 2023.

Desde mayo —cuando usualmente inicia la temporada—, las llamas ya han consumido 3,7 millones de hectáreas, una cifra cuatro veces superior al promedio de la última década para este periodo (800.000 hectáreas).

Emergencia nacional por incendios forestales

La ministra de Emergencias de Canadá, Eleanor Olszewski, alertó que los incendios están iniciando más temprano y propagándose más rápido de lo habitual:

“Los incendios son un peligro real para comunidades en todo el país”, declaró. “Miles de canadienses están desplazados de sus hogares”.

Actualmente, unas 30.000 personas están evacuadas, en su mayoría provenientes de comunidades indígenas remotas del noroeste. Otras miles están bajo alerta por posibles evacuaciones.

Más de 100 incendios fuera de control

Este jueves, 220 incendios forestales están activos en Canadá, de los cuales 101 están fuera de control, según cifras del Ministerio de Seguridad Pública.

Las zonas más afectadas incluyen las provincias de Columbia Británica, Alberta, Ontario, Manitoba y Saskatchewan. Solo en lo que va de 2025, el país ya registra 1.923 incendios.

El clima extremo empeora la crisis

El Servicio Meteorológico de Canadá advirtió que este verano traerá temperaturas más altas de lo normal, lo que podría agravar aún más los incendios.

Además del impacto ambiental y humano, el problema tiene un alto costo climático: en 2023, los incendios forestales canadienses generaron 647 megatoneladas de CO₂, una cantidad equivalente a las emisiones anuales de India y superior a las de Alemania o Japón, según un estudio reciente.

Canadá enfrenta no solo una emergencia forestal, sino una crisis climática. Y mientras el país lucha contra el fuego, el mundo observa con preocupación el costo de un planeta que arde más temprano, más rápido y con más fuerza cada año.