

El arquitecto, diseñador industrial y ahora doctor en Física, Walter Gonzáles Arnao, acaba de marcar un hito en innovación energética. Desde la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), ha creado una cocina a gasificación que utiliza pellets hechos de madera de eucalipto, ichu y grasa animal, como alternativa limpia y eficiente para comunidades altoandinas.
“Tenemos una biodiversidad de biomasas tremenda, pero no tecnologías que las aprovechen”, afirma Gonzáles en entrevista con Andina.
El prototipo nace de su tesis doctoral y tiene como objetivo principal reducir la dependencia de la leña, disminuir enfermedades respiratorias y aprovechar la biomasa local para cocinar y calefaccionar hogares rurales.
La cocina desarrollada por Gonzáles gasifica los pellets de biomasa, pequeños cilindros compactos de 3 cm de largo y 5 a 6 mm de diámetro, lo que duplica el poder calorífico en comparación con una cocina tradicional.
Además, permite graduar la potencia del fuego, algo imposible con fogones comunes. Esto hace posible hervir 5 litros de agua en solo 14 minutos usando 400 gramos de pellets, mientras que una cocina de leña necesitaría 3 kilos y más del doble de tiempo.
Alta eficiencia energética
Menor emisión de gases tóxicos
Reducción del tiempo de cocción
Aprovechamiento de residuos locales
Gasificación completa con flama azul, indicador de baja contaminación
El prototipo fue validado en la Universidad de Castilla-La Mancha (España) y probado en la comunidad de San Francisco de Raymina (Ayacucho), donde el ichu y el eucalipto son abundantes.
Gonzáles destaca que, a diferencia de las cocinas mejoradas, esta propuesta evita la contaminación exterior y no requiere mantenimiento complejo. Además, ya ha sido patentada por Indecopi, sumando a las 180 patentes que lideran el ranking nacional de invenciones.
A pesar del potencial del invento, Gonzáles advierte que el Perú necesita una política de Estado que apueste por estas tecnologías, especialmente en zonas de frío extremo donde la salud y la sostenibilidad energética están en juego.
“No podemos seguir dependiendo de tecnologías foráneas cuando tenemos los recursos y la capacidad para innovar desde nuestra realidad”, remarcó.