

En declaraciones desde la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump fue tajante pero enigmático sobre sus planes frente al régimen iraní:
“Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Nadie sabe lo que voy a hacer”, afirmó ante la prensa.
Trump señaló que Irán “quiere negociar”, pero lamentó que no lo haya hecho antes.
“¿Por qué no negociaron conmigo hace dos semanas? Podrían haberlo hecho bien. Habrían tenido un país”, sentenció.
Consultado sobre una posible participación de Estados Unidos en los recientes ataques israelíes, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, evitó dar detalles:
“Si Trump solicitó planes, no lo revelaría en este foro”, dijo ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado.
Hegseth sí aseguró que el Pentágono está preparado:
“Nuestro trabajo es estar listos con opciones, y eso es lo que estamos haciendo”, explicó, sin confirmar una acción inminente.
La posible implicación de la administración Trump en el conflicto ha generado tensiones dentro de su propio movimiento político, especialmente entre los sectores más radicales que se oponen a una intervención directa en Medio Oriente.
Mientras tanto, senadores demócratas, como Jeanne Shaheen, exigieron que el Congreso sea notificado de cualquier decisión bélica que se tome.
Trump explicó que, tras salir abruptamente del G7 en Canadá, se reunió con su equipo de seguridad nacional para evaluar una posible entrada al conflicto.
Reveló que dio a Irán un plazo de 60 días para llegar a un nuevo acuerdo nuclear, y que en el día 61, Israel comenzó los bombardeos.
Además, defendió su mensaje en redes sociales, donde escribió “rendición incondicional”, y explicó que espera que Irán “llegue al punto de decir: ‘Ya no aguanto más’”.
Las declaraciones de Trump y el silencio estratégico del Pentágono alimentan las sospechas de que EE. UU. podría sumarse a los ataques de Israel contra Irán, en medio de un clima regional cada vez más explosivo.
“Durante 40 años han dicho ‘Muerte a EE. UU.’. Eran matones. Ahora ya no lo son, pero veremos qué pasa”, cerró Trump.