

Ante una crisis financiera creciente, el Vaticano ha lanzado una nueva campaña de comunicación global para incentivar las donaciones al ‘Óbolo de San Pedro’, el fondo destinado a financiar las obras de caridad del Papa.
Según un informe adelantado por el diario La Repubblica, la Santa Sede registró un déficit operativo de 83 millones de euros en 2023, cinco millones más que el año anterior. Las proyecciones indican que la caída en las contribuciones de los fieles podría agravarse en los próximos años.
En este contexto, el Papa León XIV ha hecho un llamado directo a la comunidad católica internacional:
“Les ofrezco todo lo poco que tengo y que soy”, expresó durante su homilía en la Basílica de San Juan de Letrán, reafirmando su compromiso con la humildad y el servicio.
El pontífice subrayó que cada contribución, por pequeña que sea, cuenta para mantener viva la misión de la Iglesia en favor de los más necesitados.
Los únicos ingresos regulares del Vaticano provienen de:
Su patrimonio inmobiliario
Los ingresos de los Museos Vaticanos
Las donaciones internacionales, entre ellas las del Óbolo de San Pedro
En 2023, el Óbolo recaudó 48,4 millones de euros (frente a 43,5 millones en 2022). Sin embargo, casi la totalidad de estos fondos se destinó a cubrir los gastos administrativos de la Curia, no a obras de caridad, lo que ha generado críticas y una disminución sostenida de aportes.
Para enfrentar este panorama, el Papa ha creado una nueva comisión de sostenibilidad, que buscará articular esfuerzos entre los fieles, conferencias episcopales y benefactores. Su objetivo: reforzar la transparencia y garantizar que las donaciones financien realmente las obras de caridad del Sumo Pontífice.