

Lionel Messi lo hizo de nuevo. En una noche mágica en Atlanta, el crack argentino marcó un golazo de tiro libre y guió a Inter Miami a una remontada espectacular por 2-1 frente al FC Oporto, acercando al club estadounidense a los octavos de final del Mundial de Clubes.
Con un estadio rendido a sus pies y a punto de cumplir 38 años, Messi volvió a deslumbrar con su zurda mágica, firmando un tanto que puso a vibrar al mundo del fútbol. Fue un gol de falta directa al ángulo, imposible para el arquero, que desató la locura entre los hinchas vestidos con su camiseta.
Desde el arranque, quedó claro que el partido se jugaría al ritmo de Leo. Con un equipo que gira en torno a su figura, Messi dio una clase magistral de visión, pase y control, mientras su histórico socio Luis Suárez fallaba varias ocasiones por falta de velocidad y confianza.
Inter Miami dominaba hasta que una falta dentro del área fue sancionada vía VAR como penal. Samu, goleador del Oporto, lo transformó en gol con potencia. Pero el empate no duraría mucho.
En el Oporto brilló Rodrigo Mora, una de las revelaciones del torneo con apenas 18 años. Con jugadas llenas de técnica y personalidad, puso en aprietos a la defensa del Inter e incluso generó una ocasión que pudo cambiar el partido.
Pero el talento de Messi y el colapso defensivo del Oporto marcaron el rumbo. Primero fue Segovia quien empató tras una gran jugada colectiva. Luego, una falta al borde del área fue la oportunidad perfecta para el 10, que la colgó en el ángulo con un zurdazo inolvidable.
Con el marcador a favor, Inter Miami controló el resto del partido, defendiendo con orden y aprovechando los espacios. Oporto, sin ideas ni reacción, apenas generó peligro con algunos intentos desesperados de Samu y Alan Varela.
El resultado final dejó claro que Messi sigue siendo decisivo en la élite del fútbol, incluso a pocos días de cumplir 38 años. Su actuación reafirma que Inter Miami no solo compite, sino que sueña en grande.