

Diversos gobiernos latinoamericanos reaccionaron con firmeza tras el bombardeo de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán, condenando la ofensiva y advirtiendo sobre los riesgos de una mayor escalada en Medio Oriente. Mientras algunos países expresaron su rechazo categórico, otros hicieron un llamado a la paz y al restablecimiento del diálogo.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, fue uno de los primeros en pronunciarse, calificando el ataque como una “peligrosa escalada del conflicto” que podría tener consecuencias “irreversibles” para la humanidad. “Condenamos enérgicamente el bombardeo estadounidense (…) Esta agresión viola la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional”, escribió el mandatario cubano en una publicación difundida la noche del sábado.
Desde Chile, el presidente Gabriel Boric también expresó su preocupación a través de un breve pero contundente mensaje en la red X: “Exigimos y necesitamos la paz”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela emitió un comunicado oficial en el que tildó el ataque como una “agresión militar” contra Irán y reiteró su rechazo a cualquier acción que aumente la tensión en la región.
Otros países de la región optaron por instar al diálogo como vía para contener la crisis. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia pidió a todas las partes involucradas “reanudar las negociaciones” y consideró que esa es “la única salida responsable y duradera” ante la situación actual.
México, a través de su Cancillería, reafirmó su compromiso con la diplomacia y la paz, señalando en redes sociales que “restaurar la coexistencia pacífica entre los Estados de la región sigue siendo la máxima prioridad”.
Las voces latinoamericanas se suman así a la creciente preocupación internacional frente a un conflicto que podría extenderse más allá de Medio Oriente y comprometer la estabilidad global.