

En una declaración sorprendente, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, reveló este lunes que su país ha estado fortaleciendo en secreto su capacidad militar y que continuará invirtiendo en Defensa hasta convertir a las Fuerzas Armadas serbias en un poder de disuasión efectivo “incluso contra el agresor más poderoso”.
“Hemos cambiado la doctrina militar, hemos fortalecido nuestras capacidades. Pronto tendremos grandes y poderosas aeronaves no tripuladas, con visión total del campo de batalla”, aseguró el mandatario en rueda de prensa tras una reunión clave con el Estado Mayor del Ejército en Belgrado.
Según Vucic, en los últimos 12 meses se ha producido un avance acelerado y silencioso en la modernización del ejército, incluyendo la adquisición de tecnología avanzada de vigilancia y combate.
“Todo lo que vean esas aeronaves, lo que vean los soldados o tanquistas, lo veremos también en tiempo real desde los centros de mando”, detalló.
Aunque no reveló cifras ni especificaciones, habló de un proceso que incluye trabajo secreto de más de un año y un cambio radical en la estrategia de Defensa.
Vucic anunció además la organización del “desfile militar más grande con diferencia” para septiembre próximo, con la participación de más de 10.000 soldados, como muestra del nuevo poderío militar de Serbia.
El anuncio se produce en un contexto de alta tensión en los Balcanes. Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, proclamada en 2008 tras la guerra de 1999, y considera como amenaza directa el reciente acuerdo de cooperación militar entre Kosovo, Albania y Croacia, firmado el pasado marzo.
“Ese pacto es una alianza militar encubierta, y Serbia debe estar preparada”, advirtió Vucic.
En paralelo, la inteligencia rusa (SVR) acusó a Serbia de “sacrificar su histórica amistad” con Moscú, señalando su suministro de armas a Ucrania como prueba de un “multilateralismo cobarde” y motivado por intereses económicos.