

En medio del creciente conflicto entre Israel e Irán, los ataques aéreos israelíes contra instalaciones nucleares iraníes han encendido las alarmas de organismos internacionales de salud y energía por el potencial riesgo a gran escala para la salud pública y el medio ambiente en toda la región de Medio Oriente.
Aunque hasta el momento no se ha detectado radiación fuera de las instalaciones afectadas, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han expresado su preocupación por una posible catástrofe sanitaria y ambiental si la ofensiva continúa o se intensifica.
Según informes del OIEA, los ataques del pasado viernes impactaron en tres centros nucleares estratégicos:
Natanz: principal planta de enriquecimiento de uranio, ahora severamente dañada.
Isfahán: instalación de investigación y conversión de uranio, con al menos cuatro edificios destruidos.
Fordow: otro centro clave con instalaciones subterráneas.
Durante una reunión de emergencia, Rafael Mariano Grossi, director general del OIEA, confirmó que hay contaminación radiológica y química dentro de Natanz, con posible liberación de isótopos de uranio.
“Una fuga de partículas alfa puede ser extremadamente peligrosa si se inhala o ingiere”, advirtió Grossi.
Por su parte, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, mostró su preocupación por “los ataques contra instalaciones nucleares, que pueden tener repercusiones inmediatas y a largo plazo en la salud de la población”.
Sí. Aunque los niveles de radiación fuera de las instalaciones siguen “dentro de lo normal”, según el OIEA, las consecuencias de una liberación más amplia de material radiactivo podrían incluir:
Cáncer (por exposición prolongada al uranio)
Daños renales, pulmonares y óseos
Contaminación del aire, agua y suelo
Impacto regional en países vecinos como Irak, Siria, Afganistán y el Golfo Pérsico
Además, las partículas alfa emitidas por el uranio enriquecido no atraviesan la piel, pero son letales si se inhalan o ingieren, especialmente en entornos sin protección adecuada.
Un oficial militar israelí afirmó que los ataques buscan minimizar el riesgo para la población civil, asegurando que sus fuerzas conocen los "gradientes de riesgo" asociados a este tipo de blancos.
La única central nuclear comercial de Irán, en Bushehr, no ha sido atacada hasta ahora, lo que reduce considerablemente el riesgo de un evento similar al de Chernóbil o Fukushima, al menos en esta fase del conflicto.
Los expertos advierten que bombardear sitios con uranio enriquecido, aún sin llegar al reactor, puede liberar material radiactivo y convertir la zona en inhabitable por décadas. También puede agravar las tensiones geopolíticas y abrir un nuevo frente en la guerra internacional contra la proliferación nuclear.