

En la declaración final de la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, los líderes de los 32 países miembros ratificaron su “compromiso inquebrantable con la defensa colectiva” y establecieron un objetivo de inversión en defensa equivalente al 5 % del PIB para 2035. Esta meta debe alcanzarse mediante planes anuales que demuestren un avance creíble y progresivo, sin excepciones explícitas para países como España.
El aumento del gasto busca responder a las “profundas amenazas y desafíos a la seguridad”, especialmente la amenaza persistente de Rusia en la seguridad euroatlántica y el terrorismo global. Del total, al menos un 3,5 % del PIB se destinará a los requisitos fundamentales de defensa y cumplimiento de objetivos militares de la Alianza, mientras que un 1,5 % adicional se invertirá en infraestructuras críticas, ciberseguridad, resiliencia civil, innovación y fortalecimiento industrial.
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Además, la OTAN reiteró su apoyo a Ucrania, contabilizando las contribuciones a Kiev como parte del gasto en defensa nacional de los aliados, en reconocimiento de que la seguridad ucraniana fortalece la seguridad euroatlántica.
El acuerdo también subraya la importancia de eliminar barreras comerciales en materia de defensa para promover la cooperación industrial transatlántica, clave para garantizar la preparación y capacidad de la Alianza frente a futuros retos.