

La hipótesis de que el COVID-19 se originó por una fuga en un laboratorio aún no puede descartarse, advirtió este viernes el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al presentar el informe del Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO), que estudia el origen del virus desde 2021.
«Todas las hipótesis se mantienen sobre la mesa», aseguró Tedros, incluyendo la transmisión zoonótica, un accidente de laboratorio, el contagio a través de la cadena alimentaria y hasta la posibilidad de manipulación deliberada en un entorno científico.
Tedros señaló que China aún no ha compartido información crucial como secuencias genómicas de los primeros casos y datos sobre los animales vendidos en el mercado de Wuhan, donde se registraron los primeros contagios. Esta falta de transparencia también se ha repetido con informes de inteligencia de gobiernos como EE.UU. y Alemania.
Por su parte, Marietjie Venter, viróloga sudafricana y presidenta del SAGO, afirmó que la transmisión zoonótica (de animales al ser humano) sigue siendo la hipótesis más probable científicamente, pero no puede considerarse definitiva sin acceso total a los datos.
«No se puede excluir la hipótesis de un accidente de laboratorio, porque la información solicitada no fue entregada», dijo Venter.
La investigación ha generado incluso desacuerdos internos en el grupo SAGO. Uno de los expertos abandonó el equipo esta semana y tres más solicitaron no figurar en el informe final publicado este viernes.
La OMS insiste en que conocer el origen del virus es clave para prevenir futuras pandemias. Hasta la fecha, el COVID-19 ha causado alrededor de 20 millones de muertes y pérdidas económicas superiores a 3 billones de dólares.
«Entender cómo comienza una epidemia es un imperativo moral en honor a quienes perdieron la vida», concluyó Tedros.