

Con la publicación de la Ley 32392 en el diario oficial El Peruano, el turismo de aventura en el Perú entra en una nueva etapa de regulación más exigente. La norma establece ocho artículos específicos para ordenar y fiscalizar esta modalidad turística, en la que están en juego la vida y seguridad de miles de visitantes cada año.
Entre las medidas más destacadas, se otorgan competencias claras a los gobiernos regionales y sus dependencias, quienes podrán:
Verificar permisos de infraestructura para actividades de aventura.
Clausurar oficinas de servicios turísticos por faltas graves o reincidentes.
Decomisar o destruir equipos peligrosos, en coordinación con gobiernos locales y la Policía Nacional, en cumplimiento de la Ley del Procedimiento Administrativo General.
La norma exige que los turistas sean plenamente informados sobre las actividades contratadas. Las agencias deberán entregar detalles completos sobre los riesgos y características del servicio, y los usuarios deberán firmar un documento de consentimiento.
Esta medida busca garantizar la transparencia y responsabilidad compartida entre operadores turísticos y clientes.
Las agencias de viajes y turismo que operan en turismo de aventura deberán contar con certificados de autorización renovables cada cuatro años. Esto permitirá actualizar requisitos conforme a nuevas normativas y estándares establecidos en el DS 005-2016-MINCETUR.
Además, toda construcción destinada a turismo de aventura deberá tener permisos otorgados por los gobiernos locales y regirse bajo regulaciones del Ministerio de Vivienda.
La ley también establece que:
El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) será el encargado de aprobar las condiciones técnicas y estándares de seguridad de los equipos usados en cada modalidad de turismo de aventura.
El Ministerio de Trabajo priorizará la certificación de competencias laborales del personal encargado de instruir a los turistas.
Con estas nuevas disposiciones, el Estado busca profesionalizar el turismo de aventura en el Perú, elevar su estándar de seguridad y ofrecer garantías reales a los visitantes, fortaleciendo además la confianza en la oferta turística nacional.