

Un reciente estudio liderado por la Universitat Rovira i Virgili (URV) sugiere que las terapias basadas en probióticos pueden ayudar a reducir los síntomas de hiperactividad e impulsividad en niños con autismo y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), mejorando su calidad de vida.
El ensayo clínico incluyó a 80 niños de entre 5 y 16 años, divididos en dos grupos: uno recibió diariamente un probiótico específico con Lactiplantibacillus plantarum y Levilactobacillus brevis durante 12 semanas, mientras que el otro grupo tomó un placebo.
Los resultados mostraron una reducción significativa en los síntomas de hiperactividad e impulsividad, especialmente en los niños más pequeños, y mejoras en la calidad de vida de los niños con autismo.
Además, un segundo estudio vinculado analizó la microbiota intestinal y encontró cambios positivos en las bacterias que podrían explicar la reducción de síntomas como la depresión y la fatiga.
La catedrática Josepa Canals, responsable del estudio, destaca el potencial de los probióticos como tratamiento complementario para trastornos del neurodesarrollo, aunque señala que no se observaron cambios significativos en otros síntomas principales del autismo o TDAH.
Este avance abre nuevas vías para mejorar el bienestar de niños con estos trastornos a través del equilibrio de la microbiota intestinal.