

El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) anunció que 50.565 mineros artesanales quedaron fuera del proceso de formalización, tras la entrada en vigor de los Decretos Supremos 009-2025-EM y 012-2025-EM. Mientras tanto, 31.560 mineros podrán continuar su trámite en el Registro Integral de Formalización Minera (REINFO) hasta diciembre de 2025.
La medida ha generado una ola de protestas y bloqueos de carreteras en diversas regiones del país. Representantes del sector informal denuncian que la nueva normativa excluye injustamente a miles de trabajadores que buscan formalizar su labor. Los manifestantes exigen la aprobación urgente de una Ley de Minería Artesanal y de Pequeña Escala (Ley MAPE) que amplíe el acceso al proceso legal.
Según el ministro Jorge Montero, el 90% de los mineros excluidos llevaban más de cuatro años sin avanzar en el proceso de formalización. Añadió que el Gobierno no ampliará más el plazo, y que el proceso culminará en 2025 bajo el marco del Decreto Legislativo 1336.
Además, anunció el refuerzo de operativos contra la minería ilegal, como los realizados en Pataz, con apoyo de un comando unificado y la participación de 13 sectores del Ejecutivo.
Las reacciones no se hicieron esperar. Mineros informales han bloqueado al menos seis rutas clave, principalmente en La Libertad, Cusco, Arequipa e Ica, afectando el tránsito de personas, alimentos y combustibles.
Entre los puntos más críticos se encuentran:
Carretera Trujillo – Quiruvilca, en La Libertad
Ruta Mara – Velille, en Chumbivilcas, Cusco
Panamericana Sur, a la altura de Chala, Ocoña y Nasca
En Nasca, alrededor de 200 integrantes de la Confederación Nacional de Pequeña Minería bloquearon la Panamericana Sur entre los kilómetros 440 y 444, generando congestión y paralización del transporte interprovincial.
La Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL) advirtió que los bloqueos ponen en riesgo el abastecimiento de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en el norte y sur del país. Más de 5 millones de personas enfrentan escasez de este insumo esencial, lo que ha llevado a muchas familias a recurrir a leña, carbón o estiércol, con riesgos para la salud y el medio ambiente.