El Gobierno de Estados Unidos, bajo el liderazgo del expresidente Donald Trump, anunció su retiro oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con efecto a partir del 31 de diciembre de 2026.
“La membresía en la Unesco no redunda en el interés nacional de EE.UU.”, expresó Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado, al comunicar la decisión al organismo internacional con sede en París.
Según el comunicado oficial, la decisión responde a que la Unesco promueve causas “divisivas” y una “agenda globalista” que, aseguran, choca con la política exterior de Estados Unidos. El documento también critica duramente la aceptación del Estado de Palestina como miembro pleno, calificándolo como “sumamente problemático y contrario a la política estadounidense”.
Esta medida marca la tercera salida histórica de EE.UU. de la Unesco, luego de las ocurridas en 1984 (bajo Ronald Reagan) y 2017 (durante el primer mandato de Trump). En ambas ocasiones, las razones fueron similares: acusaciones de politización y sesgo ideológico dentro de la organización.
La decisión se suma a una serie de rupturas multilaterales durante la administración Trump, incluyendo el retiro de la OMS, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el Acuerdo de París y el pacto nuclear con Irán.
Tras la llegada al poder de Joe Biden en 2021, su gobierno revirtió varias de estas decisiones, restaurando la participación estadounidense en varios organismos internacionales, incluida la propia Unesco, a la que EE.UU. retornó formalmente en 2023.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, lamentó la decisión, aunque reconoció que “este anuncio era previsible”.
“La Unesco se ha preparado para ello, incluso a nivel presupuestario”, afirmó en un comunicado oficial.
Con esta nueva salida, se espera que EE.UU. cese toda participación activa en proyectos, votaciones y financiamiento a partir del 31 de diciembre de 2026. Hasta esa fecha, seguirá siendo miembro con pleno derecho.
Aunque aún faltan más de 18 meses para que la salida sea efectiva, el anuncio reafirma la postura aislacionista que Trump ha sostenido en sus dos campañas presidenciales y sus periodos en el poder.
La salida impactará tanto a proyectos culturales y educativos globales como a la influencia diplomática de EE.UU. en temas clave como libertad de prensa, conservación del patrimonio mundial y acceso a la educación.
Con las elecciones presidenciales de EE.UU. acercándose en 2026, esta decisión podría revertirse si un nuevo presidente asume una postura más multilateralista, tal como ocurrió con Joe Biden.