viernes 21 de noviembre de 2025 - Edición Nº507

Mundo | 25 jul 2025

Bolivia al borde del colapso: sin dólares, sin diésel y con inflación desatada

La economía boliviana vive una tormenta perfecta: inflación descontrolada, reservas internacionales casi agotadas, escasez de combustibles y alimentos, y un mercado paralelo de divisas que empuja al boliviano a su peor depreciación en décadas. La crisis ha empujado incluso al uso del sol peruano en zonas fronterizas.


La crisis económica en Bolivia ha alcanzado niveles críticos. Según diversas fuentes, se trata del episodio más grave en cuatro décadas. A inicios de 2025, la inflación general rozó el 10 %, mientras que la de alimentos superó el 24 % interanual. A esto se suma la escasez de dólares, una caída abrupta en las exportaciones, y un conflicto político entre Evo Morales y Luis Arce que ha desencadenado bloqueos y parálisis logística.

Sin dólares y con subsidios insostenibles

Las reservas internacionales líquidas del país se han reducido a solo USD 121 millones, muy lejos de los USD 15 mil millones que tenía en 2014. Esta caída está directamente vinculada al colapso en los ingresos por exportaciones de gas natural, que históricamente sostenían el gasto público y la estabilidad monetaria.

Con el Banco Central de Bolivia sin dólares para ofrecer al sistema financiero, se han impuesto restricciones a transferencias internacionales, pagos en divisas y retiros en efectivo. Esta situación generó un mercado paralelo de divisas, donde el dólar se cotiza con primas de hasta el 50 % sobre el tipo oficial.

El sol peruano reemplaza al dólar en la frontera

En regiones fronterizas con Perú, como Desaguadero o Yunguyo, el sol peruano ha ganado protagonismo. Debido a la escasez de dólares, muchos bolivianos recurren a esta moneda para realizar compras cotidianas.

En el mercado informal, S/1 se intercambia por hasta 3 bolivianos, muy por encima de la tasa oficial del Banco Central de Bolivia, que ronda los 1,93 BOB por sol. Esta diferencia ha incentivado el comercio informal y el uso creciente del sol como divisa alternativa.

Sin diésel, sin cosechas, sin alimentos

El colapso del sistema económico también ha dejado al país sin combustibles clave, como diésel, fundamental para la agricultura y el transporte de mercancías. Los productores agropecuarios han advertido que gran parte de la oferta de alimentos frescos está en riesgo, con maquinaria paralizada y rutas bloqueadas.

Entre los productos más afectados se encuentran el arroz, el aceite, los huevos y la carne, cuyos precios se han disparado, mientras en mercados y supermercados se observan estanterías vacías.

Contrabando y mercado negro agravan la situación

El deterioro económico ha alimentado un auge del contrabando y del mercado informal de divisas, lo que distorsiona aún más los precios y reduce la disponibilidad de productos básicos. El poder adquisitivo de la población se desploma, mientras crecen las protestas sociales por la falta de acceso a bienes esenciales.

Una crisis estructural sin salida clara

Además del colapso monetario y comercial, Bolivia enfrenta un déficit fiscal elevado sostenido por subsidios al combustible y emisión monetaria interna. La deuda externa sigue creciendo, pero nuevos desembolsos están bloqueados en la Asamblea Legislativa, mientras los pagos por compromisos pasados superan las entradas de capital fresco.

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