

La península de Kamchatka, en el extremo oriente de Rusia, amaneció este jueves con al menos ocho réplicas tras el potente terremoto de magnitud 8,8 registrado el miércoles. Según el Servicio Geofísico Unificado de Rusia, los nuevos sismos alcanzaron magnitudes de entre 4,5 y 6,7 y ocurrieron en un lapso de solo una hora.
Pese a la intensidad de los movimientos telúricos, las autoridades rusas no emitieron alertas de tsunami. Además, los científicos del país señalaron que las réplicas podrían continuar durante varios meses, aunque serían de menor magnitud.
Según la agencia oficial TASS, las consecuencias del terremoto han sido mínimas en términos ecológicos y estructurales. El especialista Román Pukálov, de la organización ambiental Patrulla Verde, aseguró que no se registraron daños graves.
“No veo consecuencias importantes. Solo algunos leones marinos fueron alcanzados por la caída de rocas. Lo principal es que no hubo incidentes en centrales nucleares japonesas”, declaró.
La península de Kamchatka es una de las regiones con mayor actividad sísmica y volcánica del mundo. Su constante movimiento tectónico, sumado a volcanes activos, representa un riesgo no solo para la población local, sino también para la aviación civil, debido a las frecuentes nubes de ceniza que pueden afectar las rutas aéreas.
Este terremoto es el más fuerte registrado en la región desde 1952, reafirmando el carácter altamente sísmico de esta remota pero vital zona del planeta.