El mundo del entretenimiento y la lucha libre está de luto. Hulk Hogan, una de las figuras más icónicas de la WWE, falleció a los 71 años el pasado jueves 24 de julio en su domicilio de Clearwater Beach, Florida. Según confirmaron medios como People y el New York Post, la causa de muerte fue un infarto agudo de miocardio (ataque al corazón).

El fallecimiento fue repentino, según relató su amigo y exmánager Jimmy Hart, quien declaró a People:

“Ocurrió de un día para otro. La noche anterior estaba muy positivo, conversamos largo rato.”

Por su parte, Eric Bischoff, exproductor de WWE, aseguró que habló recientemente con Hogan, pero notó un deterioro importante en su salud.

“Le costaba mantener una conversación, pero seguía siendo el mismo tipo de siempre.”

Un historial médico reservado

Los documentos médicos filtrados tras su muerte revelaron que Hogan padecía leucemia y fibrilación auricular, una condición que afecta el ritmo del corazón. Estos antecedentes no eran públicos hasta ahora, y habrían contribuido al desenlace fatal.

En septiembre del año pasado, Hogan participó en el pódcast de Logan Paul, donde habló abiertamente sobre sus problemas de salud:

“Tuve más de 25 cirugías en la última década, en la espalda, rodillas, caderas y hombros.”

Aunque en junio ya circulaban rumores sobre su deterioro físico, sus representantes habían asegurado a E! News que “no había razones para alarmarse”.

Intentos por salvarlo

El día de su fallecimiento, los servicios de emergencia acudieron a su domicilio tras una llamada de urgencia. Según los reportes, intentaron reanimarlo durante 30 minutos, antes de trasladarlo al hospital, donde finalmente se confirmó su muerte.

Hulk Hogan será cremado

Los documentos oficiales también indican que el cuerpo del luchador será cremado, como parte de los deseos expresados en vida por la leyenda del cuadrilátero.