

El Ministerio de Salud de Argentina confirmó esta semana la presencia de la variante XFG del COVID-19, conocida como ‘Frankenstein’ por ser el resultado de una recombinación genética entre dos subvariantes de ómicron: LF.7 y LP.8.1.2.
De acuerdo con el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), esta cepa fue detectada en el 3,37% de las muestras recolectadas entre marzo y julio en 14 jurisdicciones del país.
A nivel internacional, la variante ya circula en 38 países, con un aumento particular en Asia, Europa y América. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mantiene bajo monitoreo, sin clasificarla como una variante de preocupación.
Los síntomas más frecuentes asociados con esta cepa son similares a los de otras variantes ómicron:
Dolor de garganta intenso
Fiebre
Tos seca
Fatiga
Malestar general
Congestión nasal
Disfonía o ronquera
Síntomas gastrointestinales (diarrea, dolor abdominal)
Además, se han reportado casos con pérdida de audición, debilidad extrema, boca seca, erupciones cutáneas e irritación, aunque estos son menos comunes y aún están siendo evaluados.
Expertos del Ministerio de Salud y la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) coinciden en que la variante XFG no es más grave ni más transmisible. De hecho, no se ha registrado un aumento de hospitalizaciones ni de casos severos asociados a esta cepa.
En la semana epidemiológica 30 (20 al 26 de julio de 2025), solo se detectaron ocho casos positivos de COVID-19 entre 80 muestras PCR analizadas, lo que confirma una circulación baja del virus en el país.
Las vacunas actuales siguen siendo efectivas para prevenir cuadros graves de la variante Frankenstein, según confirmó el infectólogo Hugo Pizzi de la Universidad Nacional de Córdoba.
El Ministerio de Salud argentino recomienda los refuerzos de acuerdo al nivel de riesgo:
Alto riesgo: personas de 50 años o más, embarazadas, inmunocomprometidos → refuerzo cada 6 meses
Riesgo intermedio: menores de 50 años con comorbilidades, personal de salud y estratégico → cada 6 meses, luego anualmente
Riesgo bajo: personas sanas entre 6 meses y 49 años → una dosis anual