La lucha contra el proyecto minero Tía María, de la empresa Southern Perú, enfrenta ahora un nuevo obstáculo: la división entre los dirigentes del Valle de Tambo.
El vocero Mario Chirapo reconoció públicamente que el movimiento se encuentra fragmentado en dos grupos: uno encabezado por Miguel Meza y otro conformado por agricultores del valle, pero subrayó que ambos mantienen su rechazo unánime al proyecto extractivo.
“Hay dos grupos trabajando, y estos dos grupos tienen un solo fin: estar en contra de Tía María. Puede haber problemas, pero el objetivo es uno solo”, afirmó Chirapo, quien asistió a la Prefectura Regional de Arequipa para solicitar una reunión con altos funcionarios del Ejecutivo nacional.
La fragmentación del movimiento antiminero ha generado llamados a renovar la dirigencia. Chirapo no se opone a dar un paso al costado:
“Estoy de acuerdo. Soy un vocero y puedo dar un paso al costado. Que deje de ser vocero no implica que deje de seguir luchando”, señaló, dejando entrever su disposición a facilitar una transición si eso fortalece la causa.
El vocero también expresó que espera que los nuevos líderes que emerjan “sean agricultores netos del Valle de Tambo”, en un claro mensaje a sectores cuestionados por no representar directamente a las comunidades afectadas.
Respecto a las críticas que surgieron tras su visita a la oficina de Southern Perú, Chirapo aclaró que su presencia fue únicamente para entregar una carta notarial, como parte de un acuerdo colectivo tomado en una asamblea del 12 de julio.
“Esa carta ha sido dirigida a la oficina de Southern, que no nos han recibido. Solo fuimos a agotar la vía administrativa”, afirmó.
Esta acción, sin embargo, acentuó las diferencias dentro del movimiento, dejando en evidencia el creciente divisionismo interno.
Chirapo formalizó una solicitud de reunión con altos funcionarios del Gobierno central, con el objetivo de exponer directamente la posición del valle frente a la posible ejecución de Tía María.
La propuesta es realizar el encuentro en el estadio del distrito de Deán Valdivia, símbolo del corazón agrícola del valle. Sin embargo, aún no hay fecha definida, lo que aumenta la incertidumbre mientras el proyecto minero continúa avanzando en trámites y preparativos.