El Gobierno peruano dio por concluidas las funciones de Gustavo Adrianzén como representante permanente del Perú ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La medida, formalizada mediante resolución suprema, incluye la cancelación de sus cartas credenciales y plenos poderes, en el marco de una reestructuración del cuerpo diplomático nacional.
Adrianzén, quien asumió el cargo en mayo de 2025, había sido designado durante la administración de Dina Boluarte. Su salida se enmarca en una serie de cambios impulsados por la nueva gestión del Ejecutivo, que busca redefinir la política exterior del Perú y revisar las designaciones diplomáticas en organismos internacionales clave.
La resolución señala que la fecha efectiva del término de funciones será establecida mediante resolución ministerial, conforme a las normas del servicio diplomático. Este movimiento forma parte de una renovación integral de los representantes del Perú ante organismos internacionales, luego de que el Gobierno también concluyera las funciones de Alfredo Ferrero como embajador en Estados Unidos.
Analistas en política exterior destacan que estas decisiones podrían reflejar un ajuste estratégico en la proyección internacional del país, así como la intención del actual Gobierno de nombrar nuevos representantes alineados con sus prioridades diplomáticas y de gobernabilidad.
Con esta medida, el Ejecutivo refuerza su intención de reorganizar la política exterior peruana, priorizando la continuidad institucional y el fortalecimiento de las relaciones internacionales en un contexto de cambios políticos internos.