Con puñetazos a figuras de Donald Trump, ahorcamientos simbólicos de Benjamín Netanyahu y la quema de banderas, miles de iraníes conmemoraron este martes el 46 aniversario de la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán, un hecho que marcó el inicio de más de cuatro décadas de hostilidad entre ambos países.

Frente al antiguo edificio diplomático —hoy convertido en museo bajo el nombre de “Nido de Espías”— los manifestantes gritaron consignas como “Muerte a Estados Unidos” y “Muerte a Israel”, mientras portaban pancartas en las que se acusaba a ambos gobiernos de ser los principales enemigos de Irán.

Durante la jornada, destacaron numerosas representaciones de Trump, retratado como Satán o como un prisionero encadenado, y escenas en las que jóvenes propinaban golpes a sus figuras. En una de las instalaciones más llamativas, muñecos de Trump y Netanyahu colgaban de una grúa, emulando las ejecuciones públicas típicas de la República Islámica.

Los misiles iraníes también fueron protagonistas. Se exhibieron maquetas de los proyectiles usados en el ataque contra Israel durante la guerra de los 12 días de junio, conflicto en el que Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes, un hecho aún recordado en Teherán.

El evento reafirmó el discurso oficial del régimen iraní, que cada año utiliza esta fecha para revivir la toma de la embajada estadounidense de 1979, cuando un grupo de estudiantes revolucionarios mantuvo como rehenes a 52 diplomáticos estadounidenses durante 444 días, generando una de las mayores crisis diplomáticas de la historia moderna.