Las conversaciones entre el Gobierno de los talibanes y Pakistán, realizadas en Arabia Saudí, concluyeron sin ningún acuerdo debido a lo que Kabul calificó como “actitudes irresponsables” y “exigencias ilógicas” por parte de la delegación paquistaní, según confirmó una fuente talibán a EFE.
Un funcionario del Ministerio del Interior afgano, que pidió mantener el anonimato, aseguró que la delegación ya regresó a Kabul, poniendo fin a la ronda de negociaciones iniciada para reducir las tensiones entre ambos países. Hasta ahora, ni Pakistán ni Arabia Saudí —mediador del proceso— han confirmado oficialmente la suspensión del diálogo.
La fuente talibán reprochó que Islamabad intentara “atribuir todas las responsabilidades” a Afganistán, recordando que el Emirato Islámico solo es responsable de asegurar que su territorio no sea utilizado para agredir a otros Estados, pero no de la seguridad interna de otros países.
Pese al fracaso inicial, Arabia Saudí estaría presionando para reactivar el proceso, aunque por el momento la delegación afgana se mantiene en Kabul.
Las relaciones entre Pakistán y Afganistán atraviesan uno de sus momentos más críticos desde octubre, con repetidos enfrentamientos armados en la Línea Durand, zona fronteriza que divide a ambos países.
El pasado 19 de octubre, ambas partes alcanzaron un alto el fuego frágil gracias a la mediación de Catar y Turquía. Desde entonces no se han registrado nuevos choques militares.
El conflicto de fondo persiste: Pakistán acusa a Kabul de albergar a miembros del grupo Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), responsable de varios ataques en territorio paquistaní. El reciente repunte de violencia en Khyber Pakhtunkhwa, donde se registraron dos ataques con al menos siete muertos —incluidos agentes policiales—, ha intensificado las tensiones.
La seguridad en esta región y en Baluchistán se ha deteriorado notablemente desde el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021, generando preocupaciones sobre la estabilidad regional.