El chocolate con leche, uno de los inventos más emblemáticos de Suiza junto con el reloj de pulsera o la navaja multifunción, cumplirá 150 años en 2025, consolidado como una de las principales señas de identidad del país alpino.
La creación fue obra del industrial Daniel Peter, quien inició experimentos en 1875 en su fábrica de Vevey. Tras más de una década de pruebas, desarrolló una fórmula que se convertiría en una revolución alimentaria y que rápidamente escaló para ser una de las mayores exportaciones suizas, solo por detrás del queso.
Comercializado inicialmente como “Gala Peter” —“gala” significa leche en griego—, el producto ganó reconocimiento internacional gracias a premios en diversas exposiciones de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Para esta conmemoración, Nestlé abrió a EFE parte de sus archivos históricos. La compañía adquirió décadas después los negocios de Peter y otros chocolateros del país, preservando documentos clave sobre el desarrollo del popular producto.
El cacao, ingrediente central, llegó a Europa desde América y se mezclaba con azúcar para preparar bebidas. Antes de Peter, el chocolate era casi exclusivamente líquido. Su objetivo fue innovar y diferenciarse en un mercado suizo ya competitivo.
Los archivos conservan la libreta donde Peter anotaba sus primeras pruebas. Inicialmente utilizó leche condensada, un invento estadounidense que facilitaba la manipulación de la mezcla.
A pocos metros de su fábrica trabajaba Henry Nestlé, creador de la harina lacteada. Esta cercanía, según la historiadora de Nestlé, Lisane Lavanchy, pudo haber inspirado a Peter a explorar nuevas combinaciones lácteas.
Una de las dificultades principales fue lograr que el cacao, una sustancia grasa, pudiera mezclarse con un líquido como la leche sin perder consistencia. Aunque desde 1830 el cacao podía ser desgrasado para formar tabletas, añadir líquido era otro desafío.
Peter invirtió gran parte de su investigación en extraer agua de la leche para estabilizar la mezcla. Esto permitió finalmente la primera tableta de chocolate con leche tal como se conoce hoy.
Este avance no solo conquistó el paladar del público, sino que también redujo costos, ya que las tabletas contenían menos cacao —ingrediente más caro— y más leche y azúcar. El resultado fue un producto más accesible y de consumo masivo.
La fórmula fue rápidamente copiada por otras marcas suizas, como Cailler, con quienes Peter terminó aliándose. Cailler, fundada en 1819, es la marca de chocolate más antigua aún en el mercado y alberga una popular fábrica-museo en el pueblo de Broc.
Para 2025, esta institución dedicará una exhibición especial al inventor. “Queríamos rendir homenaje a Peter”, señaló su directora, Fleur Helmig, destacando que el chocolate forma parte profunda de la identidad suiza, asociada a los Alpes, las montañas y las vacas.