Una presunta negligencia médica ha generado conmoción en Huancayo, tras la muerte de una mujer de 37 años que se sometió a un procedimiento estético considerado de bajo riesgo. Se trata de Miriam Mitma, asesora de ventas, quien falleció luego de complicarse su estado de salud tras recibir anestesia para una rinoplastia, según informó Latina Noticias.
De acuerdo con la versión de sus familiares, la paciente ingresó a la clínica en buen estado de salud y con exámenes prequirúrgicos favorables. Sin embargo, tras la aplicación de la anestesia sufrió un paro cardiorrespiratorio, lo que la dejó en estado crítico y obligó a su internamiento inmediato en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció diez días.
El esposo de la víctima indicó que, si bien la atención inicial en UCI fue adecuada, posteriormente habrían existido trabas en la continuidad del tratamiento.
“La atención en UCI fue óptima, pero después intentaron que no volviéramos. Esto terminó en la tragedia que ahora vivimos”, declaró.
La familia también denunció que la persona que administró la anestesia no contaría con la especialidad de anestesiología, lo que genera sospechas sobre un posible procedimiento incorrecto.
Durante su hospitalización, Miriam Mitma fue diagnosticada con leucoencefalopatía hipóxica anóxica, producto de la falta de oxígeno, y posteriormente desarrolló neumonía, complicaciones que agravaron su cuadro clínico hasta provocar su fallecimiento.
La madre de Miriam exigió justicia y señaló que su hija ingresó sana a la clínica.
“Sana ha ido mi hija. Solo una operación y esto ha pasado. Quiero justicia por mi hija”, expresó entre lágrimas.
La mujer deja en la orfandad a dos menores de 15 y 5 años.
El cuerpo fue trasladado a la morgue de Hualguas, en Huancayo, donde se realizará la necropsia de ley, clave para determinar las causas exactas del deceso. La Policía y el Ministerio Público continúan recabando testimonios y documentación médica para esclarecer el caso.
Especialistas recuerdan la importancia de verificar la seguridad antes de someterse a procedimientos estéticos, incluso aquellos catalogados como simples:
Consultar con un cirujano plástico certificado, con registro oficial vigente.
Verificar que la clínica cuente con autorización sanitaria y equipamiento adecuado.
Realizar exámenes prequirúrgicos completos.
Solicitar información clara sobre riesgos y firmar un consentimiento informado.
Confirmar que la anestesia sea aplicada por un anestesiólogo acreditado.
No priorizar ofertas o promociones sobre la seguridad médica.
El caso de Miriam Mitma reabre el debate sobre el control y fiscalización de los centros de salud privados y los riesgos asociados a procedimientos estéticos en el país.