Una investigación periodística reveló cómo una sofisticada red de narcotráfico internacional utilizó maquinaria pesada para transportar cinco toneladas de cocaína desde Sudamérica hacia Europa y Asia, burlando controles aduaneros y aprovechando el comercio internacional como fachada legal.
La operación, difundida por Cuarto Poder, permitió a las autoridades de Perú, España y Argentina detectar el esquema criminal que operaba desde al menos 2020, movilizando cargamentos valorizados en más de 250 millones de dólares.
La organización utilizaba tornos industriales, trituradoras y calderos procedentes de Colombia para ocultar cocaína en compartimentos metálicos sellados. Estas máquinas eran exportadas desde el puerto de Paita, en Piura, simulando transacciones comerciales legítimas.
En marzo de 2024, uno de los mayores golpes permitió hallar 800 kilos de cocaína dentro de maquinaria pesada. Incautaciones posteriores se realizaron en Sullana, Tacna, Arica y finalmente en Algeciras, España, donde se decomisaron otros 500 kilos.
Uno de los hechos más graves del caso es la implicancia de Mario Isaac Moncada Marchena, perito contable de la Presidencia de la Junta de Fiscales Superiores de Lima Norte, señalado como coordinador logístico de la red.
Según la investigación policial, Moncada brindaba cobertura legal y administrativa a los envíos contaminados y fundó la empresa Import and Export Mobile S.A.C., clave para el despacho de un torno industrial con droga hacia España en diciembre de 2023. Actualmente, permanece prófugo.
Para evitar mayores controles, la red evitaba el puerto del Callao y operaba desde terminales con menor fiscalización, como Paita. Empresas de fachada como Inversiones Omnu y Green Global 2M Perú, administradas por Luis Antonio Ruíz Álvarez, simulaban compras y ventas rápidas de maquinaria para dar apariencia legal a los envíos.
En uno de los operativos se hallaron 833 paquetes de clorhidrato de cocaína ocultos en una trituradora destinada supuestamente a Hamburgo, Alemania.
La operación conjunta de la DIRANDRO, la DEA y autoridades de España y Argentina permitió detener a siete españoles, cuatro argentinos y cuatro peruanos, aunque el principal operador financiero sigue prófugo.
Las investigaciones continúan para desarticular por completo esta red transnacional, considerada una de las más grandes detectadas en los últimos años en Sudamérica.