El llamado “caso Epstein” volvió a estremecer el escenario político y diplomático internacional en 2025, tras la difusión de nuevos correos y documentos que colocaron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el centro de la controversia y extendieron sus efectos hasta la Casa Real británica.
Correos electrónicos del fallecido pederasta Jeffrey Epstein, divulgados por congresistas demócratas, revelaron que Trump conocía los crímenes y que habría pasado “horas” con una de las víctimas. Las revelaciones desataron una prolongada batalla judicial y legislativa, que mantuvo bajo presión a la Casa Blanca durante varios meses.
La tensión alcanzó su punto máximo el 18 de noviembre, cuando la Cámara de Representantes consiguió los 218 votos necesarios para aprobar una ley que obliga a publicar íntegramente los archivos de Epstein. Desgastado políticamente tras perder las elecciones locales de Nueva York y en medio del cierre de Gobierno más largo de la historia, Trump permitió que los documentos pasaran a manos del Departamento de Justicia, aunque aún no se ha definido el mecanismo ni el alcance de su publicación.
El impacto político del caso provocó fracturas internas en el movimiento MAGA. Una de las más notorias fue el distanciamiento de la congresista Marjorie Taylor Greene, quien renunció a su cargo y decidió respaldar públicamente a las víctimas, pese a los ataques del propio Trump.
Los más de 20.000 correos divulgados en octubre también involucraron a figuras influyentes del ámbito político y empresarial, como Larry Summers, exsecretario del Tesoro y expresidente de la Universidad de Harvard, quien terminó renunciando a su cátedra. En los archivos también aparecen nombres como Peter Thiel, Steve Bannon y Elon Musk, entre otros líderes y donantes de alto perfil.
La onda expansiva cruzó el Atlántico con la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, tituladas Nobody’s Girl, donde la mujer relató presuntos abusos sexuales cometidos por el príncipe Andrés cuando ella era menor de edad.
Aunque Andrés negó reiteradamente las acusaciones, el antecedente de su renuncia a funciones reales en 2019 y el arreglo millonario alcanzado en 2022 con Giuffre reavivaron las dudas. La publicación del libro, sumada al suicidio de la denunciante y a la presión pública, llevó al rey Carlos III a tomar una decisión sin precedentes en octubre de 2025: retirarle a su hermano el título de príncipe y obligarlo a abandonar la residencia que ocupaba en propiedades de la Corona.
Desde entonces, el hermano menor del monarca será conocido como Andrés Mountbatten-Windsor, marcando el cierre de una de las crisis más incómodas para una monarquía que busca preservar su legitimidad en un contexto social cada vez más crítico.