Existe un antes y un después de Tiger Woods en el golf. Este martes, el legendario golfista estadounidense cumple 50 años, consolidado como el deportista que revolucionó su disciplina, amplió su audiencia global y convirtió el golf en un espectáculo masivo.

Alejado de la competencia durante todo el 2025 por una rotura del tendón de Aquiles en marzo y tras someterse a su séptima operación de espalda en septiembre, Woods permanece fuera de la élite. Aun así, continúa siendo el rostro más reconocido del golf y una figura icónica del deporte mundial.

Con esta edad, Woods puede competir en el PGA Tour Champions, el circuito para veteranos. “Probablemente jugaré unos 25 torneos entre ambos circuitos”, bromeó semanas atrás durante el Hero World Challenge en Bahamas. Su última aparición profesional fue en el Abierto Británico 2024, donde no superó el corte.

Su palmarés impresiona: 15 majors, 82 títulos de la PGA, 683 semanas como número uno del mundo y una racha histórica de 142 torneos consecutivos superando el corte. Entre sus duelos más recordados figura el Campeonato de la PGA de 1999, donde venció a Sergio García en uno de los enfrentamientos más emblemáticos del golf moderno.

El impacto de Woods trascendió lo deportivo. De la mano de Nike, se convirtió en una figura global, impulsando contratos millonarios y una explosión económica sin precedentes. Su éxito empresarial lo llevó a integrar el exclusivo grupo de deportistas con una fortuna superior a los 1.000 millones de dólares.

El año 2009 marcó el inicio de su caída: un accidente de tránsito y un escándalo personal derivaron en su divorcio, la pérdida de patrocinadores y el fin de su hegemonía. Desde entonces, solo volvió a ganar un major: el Masters de Augusta 2019. A esto se sumaron detenciones, lesiones graves y un fuerte accidente en 2021 que limitó su continuidad.

Hoy, a los 50 años, Woods enfrenta un nuevo reto: salvar la PGA Tour frente al avance del LIV Golf, el circuito financiado por Arabia Saudita. Recientemente fue nombrado presidente del Comité de Competición Futura, desde donde lidera los cambios estructurales previstos para 2027.