El 2025 estuvo marcado por una avalancha de tendencias de salud y bienestar impulsadas por TikTok, Instagram y Reddit, plataformas que volvieron virales prácticas que prometían mejorar la energía, la piel, el descanso o incluso curar dolencias como la migraña.
Entre las más comentadas apareció el “agua cargada”, mezclada con electrolitos, suplementos y frutas. Especialistas advierten que, para la mayoría de personas, el agua simple es suficiente y que un consumo excesivo de sodio o potasio puede resultar perjudicial.
Otra moda polémica fue la dieta carnívora y su versión extrema, la “dieta del león”, basada solo en carne, sal y agua. Médicos alertan que es un régimen desequilibrado, asociado a riesgos cardiovasculares y deterioro cognitivo, sin respaldo científico sólido.
En belleza, destacaron las mascarillas LED para el rostro, que prometen mejorar el acné y la textura de la piel. Dermatólogos señalan que son seguras, pero sus beneficios son modestos y no sustituyen tratamientos médicos profesionales.
Las bebidas funcionales, como cafés de hongos o refrescos con CBD, también ganaron espacio en supermercados. Aunque algunos ingredientes tienen evidencia limitada, el efecto placebo juega un rol clave, según nutricionistas.
Otra tendencia fue el “bed rotting”, permanecer horas en la cama sin dormir. Psicólogos advierten que, si se vuelve habitual, puede afectar el sueño y la salud mental, aunque en dosis pequeñas puede ayudar a reducir el estrés.
Prácticas como los chupitos de aceite de oliva, el consumo elevado de fibra, o la llamada “comida para la migraña” mostraron beneficios puntuales, siempre que se apliquen con moderación y criterio médico.
En contraste, los expertos fueron tajantes con el blanqueamiento dental casero con lejía, una práctica viral calificada como altamente peligrosa, capaz de causar quemaduras, pérdida dental y daños irreversibles.
La conclusión de los especialistas es clara: no todo lo viral es saludable, y antes de adoptar cualquier tendencia es clave informarse, consultar a profesionales y priorizar hábitos con respaldo científico.