

Vladivostok ha sido el escenario del Foro Económico Oriental, donde el presidente ruso Vladimir Putin ha abordado diversos temas relevantes, incluyendo la reciente ofensiva ucraniana en la región de Kursk. En su discurso, Putin ha minimizado el impacto de la ofensiva ucraniana, afirmando que el objetivo de Kiev era desestabilizar las líneas defensivas rusas y desviar tropas de áreas clave. Sin embargo, el presidente ruso sostiene que el ejército ruso logró estabilizar la situación y repeler a las fuerzas ucranianas de las zonas fronterizas.
"El enemigo buscaba que nos pusiéramos nerviosos, que desviáramos nuestras tropas y que detuviéramos nuestra ofensiva en zonas cruciales", dijo Putin. "¿Lo lograron? No, el enemigo no ha tenido éxito", concluyó.
Putin ha criticado la estrategia ucraniana de transferir unidades grandes y bien entrenadas a las zonas fronterizas, lo que, según él, ha debilitado sus fuerzas en otras áreas estratégicas. Esto ha permitido a Rusia intensificar sus operaciones ofensivas en esos frentes.
En su intervención, Putin también destacó la importancia de fortalecer los lazos con socios internacionales en Oriente. Reveló planes para expandir la cooperación con más de una treintena de países interesados en colaborar con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Además, Putin señaló la intención de aumentar el tráfico de mercancías a lo largo de la ruta ártica, desde el mar de Kara hasta el estrecho de Bering.
El Foro Económico Oriental se ha convertido en una plataforma clave para establecer contactos comerciales y discutir el desarrollo estratégico de Rusia y la región de Asia-Pacífico, según Putin.
En una sorpresa durante su discurso, Putin expresó su aprecio por la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, destacando su "risa contagiosa" como una señal positiva. Putin lamentó la retirada de Joe Biden de la carrera presidencial y criticó a Donald Trump por imponer sanciones y aranceles a Rusia durante su presidencia.
Putin también abordó el arresto del CEO de Telegram, Pavel Durov, en Francia. Aunque el presidente ruso sugirió que Rusia podría tener preguntas sobre el caso, consideró que las acusaciones contra Durov parecen "selectivas" y "poco claras". Durov enfrenta cargos relacionados con el uso de Telegram para actividades ilícitas, como tráfico de drogas y difusión de contenidos de abuso sexual infantil. Su arresto ha generado indignación en Rusia, con críticas hacia lo que algunos consideran un doble rasero de Occidente en materia de libertad de expresión.