

La muerte de Shirley Villanueva, de 44 años, ha conmocionado a la ciudad de Arequipa y reabierto el debate sobre la seguridad de las cirugías estéticas en clínicas privadas. La mujer ingresó a la clínica Quinta Tristán para someterse a un procedimiento estético, pero horas después de la intervención, comenzó a presentar graves complicaciones de salud.
A pesar de ser trasladada de emergencia al hospital Honorio Delgado, lamentablemente, los médicos solo pudieron certificar su deceso. Las autoridades ya han iniciado una investigación para esclarecer los detalles de la tragedia.
Detectives de homicidios y peritos de Criminalística de la Divincri están trabajando para determinar las circunstancias de la muerte de Villanueva y verificar si existió negligencia médica durante el procedimiento quirúrgico o en el seguimiento postoperatorio. La prioridad de los investigadores es asegurarse de que los responsables, si los hay, enfrenten las consecuencias legales correspondientes.
Este caso ha reavivado la discusión sobre la falta de control y supervisión en las clínicas de cirugía estética, especialmente aquellas que no cumplen con los estándares de seguridad y las regulaciones necesarias para garantizar el bienestar de los pacientes. La muerte de Villanueva subraya los riesgos que conlleva someterse a procedimientos en establecimientos que podrían no contar con el personal o las condiciones adecuadas para afrontar cualquier eventualidad durante o después de la cirugía.
Los familiares de Shirley Villanueva, devastados por su muerte, exigen justicia y piden que se determinen responsabilidades por el trágico suceso. Han expresado su preocupación por la falta de controles en la clínica y por la seguridad de las personas que buscan tratamientos estéticos en lugares que no siempre cumplen con los requisitos mínimos.
La Fiscalía ya ha tomado cartas en el asunto y se encuentra evaluando las pruebas recabadas y los testimonios para determinar si se trató de una mala praxis médica que contribuyó al deceso de la mujer.