

En un anuncio que ha levantado polémica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este martes que su país tomará el control de la Franja de Gaza de manera indefinida y la transformará en la nueva Riviera de Oriente Medio. Acompañado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Trump destacó que, en su visión, Gaza se convertirá en un paraíso turístico, con la reubicación de los palestinos en otros países.
"No quiero ser un gracioso ni un listillo, pero la Riviera de Oriente Medio… Esto podría ser tan magnífico", afirmó el mandatario, generando fuertes reacciones tanto dentro como fuera de la región.
Reacciones internacionales: La propuesta de Trump ha sido rechazada enérgicamente por diversas figuras, entre ellas el portavoz de Hamás, Abdul Latif al Qanou, quien calificó el plan de "racista" y reafirmó que el pueblo palestino no aceptará el desplazamiento forzoso. "El pueblo que se ha mantenido firme frente a la ocupación no permitirá que se les despoje de su tierra", expresó al Qanou, subrayando que Hamás continuará luchando por la autodeterminación palestina.
La China también se mostró en contra de la propuesta, insistiendo en que la solución al conflicto palestino debe pasar por un acuerdo de dos Estados, mientras que Rusia adoptó una postura más neutral, sin criticar directamente a Trump, pero manifestando preocupación por las tensiones regionales.
Abás y la postura palestina: Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), rechazó de manera tajante el plan, afirmando que la Franja de Gaza es una "parte integral" del Estado palestino. Abás destacó que los derechos de los palestinos no son negociables y agradeció el apoyo de Arabia Saudí, que también se opuso a la propuesta de Trump.
¿Un nuevo escenario?: En la misma rueda de prensa, Trump no descartó la posibilidad de enviar tropas estadounidenses para garantizar la implementación de sus planes en Gaza. A pesar de las críticas y el rechazo internacional, Trump se mostró firme en su visión de que Estados Unidos hará lo necesario para transformar Gaza en un proyecto a largo plazo que podría cambiar radicalmente la situación en la región.
El plan de Trump ha despertado incertidumbre sobre el futuro de la solución de dos Estados, un enfoque tradicionalmente apoyado por EE. UU. para resolver el conflicto israelí-palestino, y ha dejado en claro que las relaciones internacionales sobre la cuestión palestina podrían verse profundamente alteradas por este cambio de rumbo.