

Un centenar de directores y representantes de prestigiosas universidades y sociedades académicas estadounidenses han firmado un documento en el que denuncian la “extralimitación gubernamental” y la “interferencia política sin precedentes” del expresidente Donald Trump.
Harvard, Yale, Princeton, Boston University y otras instituciones de élite figuran entre los firmantes del manifiesto, divulgado esta madrugada por la Asociación Americana de Colegios y Universidades (AAC&U), apenas días después de que el Gobierno de EE.UU. congelara los fondos federales destinados a Harvard, acusándola de presuntas conductas antisemitas.
“Debemos oponernos a la intromisión indebida del gobierno en la vida de quienes estudian, viven y trabajan en nuestros campus”, dice el documento.
El pronunciamiento colectivo surge tras la demanda presentada por Harvard para recuperar los fondos federales congelados. Según la administración de Trump, la universidad habría permitido actos antisemitas en su campus. Sin embargo, la medida ha sido ampliamente interpretada como una forma de represalia política contra las instituciones que han mostrado posturas críticas hacia el expresidente.
En el documento, los líderes académicos advierten que:
“El precio de limitar las libertades que definen la educación superior estadounidense lo pagarán nuestros estudiantes y nuestra sociedad”.
Subrayan que las universidades tienen el derecho y el deber de definir sus propios criterios de admisión, sus programas educativos y los métodos de enseñanza, sin injerencias externas.
También recalcan su papel como espacios de pensamiento crítico, debate abierto e investigación libre, donde la diversidad de ideas debe florecer sin temor a represalias, censura ni deportación.
Entre las universidades que respaldan este manifiesto se encuentran:
Harvard University
Yale University
Princeton University
Boston University
University of Pennsylvania
American University
Vassar College
Bryn Mawr College
University of San Diego
Rutgers University
Rhodes College
University of Westminster
“Estamos abiertos a una reforma constructiva y no nos oponemos a la supervisión gubernamental legítima”, aclaran los firmantes.
“Pero nos negamos a aceptar presiones políticas que condicionen nuestra autonomía institucional”.
El mensaje es claro: las universidades no buscan enfrentamiento, sino defensa. Defensa del pensamiento libre, de la educación sin censura y de un sistema universitario que históricamente ha sido motor de innovación, inclusión y progreso para EE.UU.