La respuesta de la ONU al plan de Israel de controlar la distribución de la ayuda humanitaria en Gaza ha sido tajante: rechazo absoluto. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció este martes que la propuesta israelí contraviene los principios fundamentales de imparcialidad, neutralidad e independencia que deben guiar cualquier operación humanitaria, lo que convierte esta medida en una forma de presión sobre la población ya devastada por el conflicto.

El portavoz de la agencia de Naciones Unidas encargada de coordinar la ayuda humanitaria, Jens Laerke, calificó el plan como una estrategia para eliminar el sistema de ayuda existente y condicionar la entrada de suministros en Gaza bajo las condiciones dictadas por el ejército israelí. Esta medida se suma a las nueve semanas de bloqueo total a la ayuda, el periodo más largo desde el inicio de la guerra en Gaza.

"En lugar de comida, agua y asistencia sanitaria, los gazatíes están recibiendo bombas", declaró Laerke, quien subrayó que la situación en Gaza es desesperante. Los suministros de alimentos y medicinas están agotados, y los habitantes de Gaza se ven obligados a buscar alimentos en la basura para sobrevivir. "La ayuda debe llegar sin restricciones y sin ser utilizada como táctica de guerra", insistió Laerke.

Israel justifica esta medida bajo el argumento de evitar que la ayuda llegue a manos de Hamás, pero organizaciones internacionales y la ONU consideran que este plan no hace más que acentuar las restricciones y aumentar el sufrimiento de los civiles. La agencia de la ONU, que ha estado operando en Gaza durante más de 18 meses en circunstancias extremas, insistió en que la ayuda debe entregarse de manera imparcial, garantizando que llegue a los que más lo necesitan, sin discriminación ni favoritismos.

"Lo que Gaza necesita ahora es ayuda humanitaria, no más obstáculos ni tácticas de control", añadió Laerke, pidiendo la reanudación inmediata de la entrada de suministros a través de los puntos fronterizos.