sábado 24 de mayo de 2025 - Edición Nº326

Tendencias | 8 may 2025

Perú declara Patrimonio Cultural dos documentos clave para la historia de Tacna, Moquegua y Puerto Maldonado

El Ministerio de Cultura oficializó la declaración como Patrimonio Cultural de la Nación del acta de reinstalación de la Corte Superior de Tacna y Moquegua de 1929, y de la bula papal de 1952 que nombró al coadjutor del Vicariato de Puerto Maldonado, ambos de gran valor histórico y documental.


Dos documentos históricos fundamentales para comprender momentos clave del proceso de reincorporación territorial y consolidación eclesiástica en el Perú fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, a través del Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales.

Mediante la Resolución Viceministerial N.° 000103-2025-VMPCIC/MC, se otorgó esta distinción al Acta de reinstalación de la Corte Superior del Distrito Judicial de Tacna y Moquegua, fechada el 28 de agosto de 1929, y actualmente custodiada por la Corte Superior de Justicia de Tacna.

Este documento representa un hito en el restablecimiento del orden jurídico peruano en territorios recuperados tras la Guerra del Pacífico, al restituir la legalidad nacional sobre la normativa impuesta por el proceso de chilenización. El acta también evidencia la intervención de personajes notables de diversas regiones del país, quienes participaron en la reincorporación de Tacna al Perú.

Puerto Maldonado: la historia de la Iglesia también es patrimonio

A través de la Resolución Viceministerial N.° 000105-2025-VMPCIC/MC, se declaró también Patrimonio Cultural a la Bula de nombramiento del padre Javier Ariz Huarte como coadjutor del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, fechada en 1952 y rescatada por el Archivo General de la Nación.

Este documento papal destaca por su estructura canónica tradicional, heredera de los documentos reales de la Edad Media, y representa un testimonio clave del funcionamiento eclesiástico en zonas de misión remota en el Perú del siglo XX. En particular, detalla cómo se aseguraba la continuidad pastoral en regiones aisladas ante la imposibilidad física del titular del vicariato.

Ambas declaratorias reafirman el compromiso del Estado peruano con la preservación de su memoria documental y su difusión como fuente primaria para la investigación histórica y la consolidación de la identidad nacional.

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