

Los casos de mpox (antes conocida como viruela del mono) han disminuido en África en la última semana, pero el continente continúa en alerta sanitaria ante la falta crítica de vacunas. Así lo informó este jueves la agencia de salud pública de la Unión Africana (UA).
“Ha habido un descenso, tanto en los casos notificados como en los confirmados”, señaló Ngashi Ngongo, jefe de la Oficina Ejecutiva de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África), en una rueda de prensa virtual.
La mayoría de los nuevos casos proceden de Sierra Leona, país que esta semana representó el 74 % de los contagios confirmados. En respuesta, los CDC de África desplegarán en el país 10 epidemiólogos y 200 trabajadores de salud comunitarios.
Por otro lado, el epicentro actual sigue siendo la República Democrática del Congo (RDC). Además, Etiopía notificó su primer caso el pasado 26 de mayo y ya suma tres infecciones confirmadas, aunque sin muertes hasta el momento.
“Debemos actuar con firmeza y rapidez para contener el brote en su origen y evitar su propagación”, subrayó Ngongo, en referencia a la región de Oromía (Etiopía).
Desde enero de 2024, África ha registrado:
139.000 casos sospechosos de mpox
34.824 casos confirmados
1.788 muertes (186 confirmadas)
Ngongo alertó sobre la urgente necesidad de vacunas: se requieren 6,4 millones de dosis antes de agosto, pero solo 1,4 millones han llegado hasta ahora.
Estados Unidos tiene 220.000 dosis en espera de autorización.
Unicef busca fondos para enviar 350.000 dosis adicionales.
Japón se comprometió a enviar tres millones de vacunas LC16 a la RDC, de las cuales una parte llegará en los próximos días.
El 13 de agosto, la Unión Africana declaró la mpox como una emergencia de salud pública continental, y al día siguiente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) activó una alerta sanitaria internacional.
La mpox es una enfermedad infecciosa que puede provocar:
Erupciones dolorosas
Fiebre y fatiga
Dolores musculares y de cabeza
Inflamación de ganglios linfáticos
África enfrenta el reto de controlar la epidemia sin los recursos suficientes, mientras la comunidad internacional aún no responde con la urgencia que exige la crisis sanitaria.