sábado 21 de junio de 2025 - Edición Nº354

Actualidad | 3 jun 2025

Fingió su secuestro para pedir S/50 mil a su comunidad: líder indígena confesó todo en Huancayo

Javier Abel Cruz, jefe de la comunidad nativa Alto Yurinaki, simuló su desaparición para obtener dinero y generar apoyo económico. Su caso movilizó a la región y terminó en una confesión que sacudió a la Selva Central.


El caso de Javier Abel Cruz, jefe de la comunidad nativa Alto Yurinaki y líder del pueblo yanesha, generó una ola de conmoción en Chanchamayo tras ser reportado como secuestrado el pasado viernes 30 de mayo. Sin embargo, tras una intensa búsqueda de tres días, la historia dio un giro inesperado: el supuesto secuestro fue simulado por el propio Cruz para obtener dinero de su comunidad.

La desaparición que activó la alerta en la Selva Central

El viernes, la familia de Cruz denunció su desaparición, luego de que este asistiera a una reunión de la Central de Comunidades Nativas de la Selva Central (Ceconsec). Según la versión inicial, habría sido interceptado por seis sujetos armados en el puente Puerto Yurinaki y obligado a subir a una camioneta.

Horas más tarde, su esposa recibió mensajes extorsivos desde el celular de Cruz, exigiendo S/50 mil como rescate. Esto desató un operativo masivo de búsqueda, que movilizó a la Policía Nacional, personal de serenazgo y voluntarios de comunidades vecinas.

Lo hallaron desorientado en Huancayo

El lunes por la tarde, Cruz fue encontrado por personal de Serenazgo de Huancayo mientras deambulaba en la Plaza de la Constitución. “Estaba pálido, temblando, asustado y totalmente desorientado. No sabía cómo había llegado”, contó Miguel Mallco Ramos, jefe de operaciones de Serenazgo.

Cruz repitió ante las autoridades la versión del secuestro y aseguró que había sido retenido “en los cerros de Huánuco” antes de ser abandonado en Huancayo. Su relato parecía encajar con los mensajes previos, pero la verdad estaba por salir a la luz.

La confesión: todo fue un engaño

Pocas horas después, en los interrogatorios realizados en la División de Investigación Criminal (Divincri) de Huancayo, Cruz confesó que todo fue un montaje. Según informó el coronel Leo Mendoza, jefe de la unidad, el líder indígena nunca estuvo secuestrado. Él mismo ideó el plan para pedir dinero a su comunidad y así cubrir gastos familiares derivados de enfermedades graves.

La policía reveló que Cruz viajó voluntariamente a Huancayo y se mantuvo oculto mientras esperaba que sus allegados reunieran la suma solicitada. El detalle que levantó sospechas fue que el número de cuenta bancaria para el depósito estaba a su nombre.

¿Qué delitos cometió Cruz?

El caso podría tener consecuencias legales serias. En el Perú, fingir un secuestro constituye un delito. Según el Código Penal, una denuncia falsa puede acarrear hasta tres años de prisión, y la pena se agrava si se ocasiona perjuicio a terceros. Además, al solicitar dinero bajo amenaza, podría tipificarse como extorsión, lo que aumenta la gravedad del delito.

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