

La farándula peruana vuelve a estallar y esta vez no es por un rumor sin fundamento. Magaly Medina inició su programa este lunes 2 de junio con una bomba mediática que ya está generando miles de reacciones en redes sociales: una supuesta infidelidad de Jhazmín Gutarra, esposa del cantante Dilbert Aguilar, revelada por un testimonio desde España.
El hombre que decidió romper su silencio se llama Christian Boza, un compatriota que asegura haber mantenido una relación sentimental durante tres años con la esposa del intérprete de cumbia, entre 2018 y 2021. "Esto no es un invento", aseguró, mientras mostraba audios, capturas de pantalla y registros de videollamadas que, según dijo, evidencian el vínculo.
En la entrevista vía Zoom, Boza afirmó que Jhazmín Gutarra le aseguró estar separada de Aguilar y que su relación era solo formal por "temas de papeles". “Ella me presentó como su pareja ante conocidos. Me decía que estaba a punto de divorciarse”, relató.
La relación, según Boza, empezó en Perú y continuó a distancia después de que él emigró a Europa. "Me escribía, me decía que me extrañaba y que viajaríamos juntos", añadió.
Este escándalo cobra aún más fuerza luego de que Jhazmín Gutarra fue vista recientemente en televisión reclamando a Dilbert Aguilar por un supuesto acercamiento con su expareja, la bailarina Claudia Portocarrero. La crítica pública ahora parece tener un giro irónico: mientras cuestionaba a su esposo, ocultaba una supuesta relación paralela de tres años.
En la parte más emotiva de su testimonio, Christian Boza confesó haberse enamorado de Jhazmín y haber aportado económicamente en momentos difíciles. “Yo le di tiempo, amor, incluso dinero. Me deja como si fuera un loco más”, sostuvo. Según él, la comunicación terminó cuando notó evasivas por parte de Gutarra para formalizar la relación.
Hasta el momento, Jhazmín Gutarra no ha emitido ninguna respuesta oficial. El programa de Magaly intentó recoger su versión sin éxito. En redes, el caso ha generado división de opiniones, aunque muchos televidentes consideran contundentes las pruebas mostradas: audios con tono íntimo, mensajes constantes y videollamadas guardadas.