

En el camino hacia un envejecimiento saludable, la higiene personal de los adultos mayores es clave para preservar su salud, dignidad y bienestar emocional. Sin embargo, a diferencia de otras etapas de la vida, en la vejez no se recomienda el baño diario en todos los casos.
Según especialistas del Ministerio de Salud (Minsa) y EsSalud, y en concordancia con los últimos estudios geriátricos, los adultos mayores deben bañarse entre dos a tres veces por semana, salvo condiciones especiales.
Con el paso de los años, la piel pierde aceites naturales, se afina y se reseca más fácilmente. Bañarse con demasiada frecuencia puede provocar:
Irritación
Picazón
Descamación
Mayor riesgo de infecciones cutáneas
Por ello, los expertos recomiendan espaciar los baños y, en los días intermedios, realizar higiene por zonas, enfocándose en axilas, genitales, pies y pliegues de la piel.
“La limpieza parcial diaria es suficiente para mantener la higiene y prevenir olores e infecciones”, señalan los geriatras del Minsa.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 4 millones de peruanos tienen 60 años o más, lo que representa un 12% de la población total. Este grupo enfrenta desafíos físicos, sociales y psicológicos que hacen necesario personalizar sus rutinas de cuidado personal.
Usar jabones neutros y agua tibia, nunca caliente, para evitar quemaduras o irritación.
Hidratar la piel tras el baño con cremas especiales para piel seca.
Cambiar de ropa interior y prendas diariamente, preferiblemente de algodón.
Cuidar uñas y pies con cortes regulares y limpieza.
Cepillado dental mínimo dos veces al día y limpieza de prótesis.
Higiene suave de oídos, nariz y ojos, sin elementos invasivos.
El baño es uno de los momentos de mayor riesgo de caída para un adulto mayor. Para evitarlo, se recomienda:
Barras de sujeción antideslizantes en la ducha y el inodoro.
Alfombrillas seguras dentro y fuera del baño.
Asientos de baño para quienes tienen debilidad muscular.
Buena iluminación en el trayecto al baño.
Temperatura controlada del agua.
Presencia de un cuidador o familiar en casos de dependencia.
Cuidar la higiene de las personas mayores no es solo una cuestión de limpieza, sino de salud física, autoestima y calidad de vida. Con rutinas adecuadas, productos seguros y espacios preparados, es posible proteger la piel, prevenir infecciones y evitar caídas.
La vejez exige cuidados distintos, no menos importantes. Saber cómo y cuándo bañar a un adulto mayor puede marcar la diferencia en su bienestar.