

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, lanzó este lunes una seria advertencia: el actual conflicto en torno al programa nuclear iraní amenaza con derrumbar el régimen global de no proliferación nuclear, vigente desde hace más de medio siglo.
“El peso de este conflicto amenaza con hacer colapsar el régimen de no proliferación, pero aún existe un camino para la diplomacia”, declaró Grossi durante una reunión de emergencia de la Junta de Gobernadores del OIEA, realizada en Viena.
El diplomático argentino subrayó que, si no se actúa a tiempo, el mundo podría enfrentar “niveles de violencia y destrucción inimaginables”, junto con el desmoronamiento de uno de los pilares de la seguridad internacional desde la Guerra Fría.
Grossi también confirmó que los bombardeos recientes de EE. UU. causaron "daños muy significativos" en la planta subterránea de Fordó, ubicada al sur de Teherán y utilizada para enriquecer uranio al 60 %, un nivel cercano al necesario para fabricar armas nucleares.
“Hay cráteres visibles, y dadas las características de los explosivos usados, sumado a la sensibilidad extrema de las centrifugadoras, es de esperar que los daños hayan sido graves”, afirmó el jefe del OIEA.
Aunque aún no se ha podido evaluar completamente el impacto subterráneo, Grossi afirmó que los primeros indicios coinciden con las declaraciones oficiales del gobierno de Estados Unidos, que asumió la autoría del ataque.
El régimen de no proliferación nuclear ha sido un pilar clave para limitar la expansión de armas atómicas en el mundo desde la década de 1970.
Irán ha incrementado su capacidad de enriquecimiento de uranio desde el colapso del acuerdo nuclear de 2015.
La actual escalada militar podría desencadenar una crisis internacional sin precedentes si no se reanuda el diálogo diplomático.