

Irán lanzó este lunes un ataque múltiple contra todas las bases militares de Estados Unidos en Medio Oriente, incluida la base aérea de Al Udeid en Qatar, en respuesta directa a los bombardeos estadounidenses del domingo contra instalaciones nucleares iraníes. Testigos en Doha reportaron explosiones y avistamientos de misiles en el cielo.
La ofensiva fue confirmada por la Guardia Revolucionaria de Irán, que declaró que todos los sitios de interés norteamericano son ahora blancos militares.
Simultáneamente, Israel intensificó sus ataques contra Irán, atacando objetivos simbólicos en Teherán, como la prisión de Evin —famosa por encarcelar a disidentes y extranjeros— y centros militares clave.
Pese a insistir que no buscan derrocar al gobierno iraní, autoridades israelíes confirmaron que continuarán con ataques estratégicos “en los próximos días”.
Desde EE.UU., el expresidente Donald Trump elevó la tensión al preguntar en su red social Truth Social si es hora de un “cambio de régimen” en Irán. Esto provocó una inmediata respuesta de Teherán, que activó la “Operación Promesa Verdadera 3”, lanzando nuevos misiles contra Haifa y Tel Aviv.
Además, Irán advirtió que EE.UU. será considerado parte directa del conflicto y que sus fuerzas podrían ser blanco de ataques en cualquier punto del Medio Oriente.
Con Israel, Irán y EE.UU. involucrados directamente, el conflicto amenaza con desatar una guerra regional de gran escala. Más de 220 muertos en Irán y al menos 24 en Israel ya se registran desde el inicio de las hostilidades, que ahora alcanzan una magnitud sin precedentes.