

El Pentágono confirmó que el reciente ataque estadounidense contra tres instalaciones nucleares de Irán logró retrasar el programa nuclear de ese país entre uno y dos años. La operación, llamada “Martillo de Medianoche”, se llevó a cabo el 22 de junio y contó con la participación de 125 aviones, incluyendo bombarderos B-2 y misiles Tomahawk lanzados desde un submarino.
Las plantas atacadas — Fordó, Natanz e Isfahán — son claves para el enriquecimiento de uranio y la fabricación de componentes nucleares. Según el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, la ofensiva destruyó no solo materiales, sino también componentes esenciales para construir una bomba atómica, lo que degrada gravemente la capacidad nuclear iraní.
Aunque el presidente Donald Trump había declarado que el ataque afectó la capacidad de Irán para desarrollar armas nucleares durante “muchos años”, informes previos indicaban que el retraso sería solo de meses. Sin embargo, tras evaluar todos los factores, el Pentágono ahora confirma un retraso mayor, cercano a los dos años.
Este golpe estratégico busca frenar el avance nuclear de Irán y cuenta con el respaldo de aliados internacionales, quienes coinciden en que el programa nuclear iraní se ha visto severamente afectado.