Aunque la celebración de Halloween se ha extendido en el Perú en las últimas décadas, impulsada por el comercio y la influencia cultural, su esencia sobrenatural nos recuerda que existen lugares tenebrosos marcados por el misterio, la hechicería y las leyendas. Desde Ica hasta Arequipa, estos espacios despiertan tanto el miedo como el interés turístico.
A solo 4 kilómetros al sur de la ciudad de Ica, el distrito de Cachiche es conocido como el pueblo esotérico del Perú. Desde el siglo XIX, sus habitantes practicaban la magia yunga, un tipo de curanderismo que, según la tradición, podía sanar o causar enfermedades.
La historia cuenta que muchas mujeres perseguidas por la Inquisición española se refugiaron allí. Hoy, el lugar conserva su misticismo con un parque temático de brujas y la famosa palmera de siete cabezas, cuya forma serpenteante es considerada símbolo de poderes ocultos.

En el cementerio de Pisco, reposan desde 1913 los restos de Sarah Ellen, una mujer inglesa acusada de vampirismo. Huyó de Europa buscando refugio en el Perú, donde su historia se transformó en una mezcla de miedo y devoción popular. Hoy, su tumba recibe flores y ofrendas de personas que aseguran haber recibido “favores milagrosos”.

En la provincia limeña de Cañete, una antigua casona del siglo XIX guarda una de las historias más aterradoras. Construida por un hacendado italiano y escenario de tragedias durante la Guerra del Pacífico, el lugar se volvió sinónimo de apariciones y lamentos.
Intentos por convertirla en hotel fracasaron misteriosamente, y los vecinos aseguran que, de noche, se escuchan música, voces y gritos.

En Piura, una antigua casona abandonada guarda la leyenda de una joven que, tras sufrir un abuso, se quitó la vida el día de su cumpleaños. Desde entonces, los vecinos aseguran verla bailando sola, vestida de blanco, entre los muros derruidos del lugar.

En Arequipa, una casona de 1666 es conocida por sus ruidos extraños, gritos y ecos de cadenas. La leyenda dice que un hombre español, en un ataque de celos, enterró vivos a su esposa y a su amante dentro de la vivienda. Hoy, los vecinos recomiendan visitarla solo de día, pues al caer la noche el ambiente se vuelve sofocante y cargado de energía negativa.

Ubicadas en Huancabamba (Piura), las Lagunas de las Huaringas son veneradas por curanderos y chamanes. Se dice que sus aguas tienen poderes espirituales capaces de sanar, limpiar el alma o incluso lanzar maldiciones.
Sus espejos de agua, rodeados de montañas y neblina, siguen siendo uno de los destinos más místicos del país.

Entre mitos, tragedias y energía ancestral, el Perú conserva una riqueza de historias sobrenaturales que mezclan lo sagrado con lo inexplicable. Una ruta perfecta para quienes, en este Halloween, buscan algo más que disfraces: una verdadera experiencia de miedo y tradición.